(Img. obtenida de http://es.wikipedia.org/wiki/Revoluci%C3%B3n_cubana)
What are we really seeing when we see an iceberg, a tree, or even, a building?
"Al alba del 26 de Julio, se lanza al asalto del cuartel Moncada un puñado de muchachos. Armados de dignidad y cubanía y unas pocas escopetas de cazar pajaritos, se baten contra la dictadura de Fulgencio Batista y contra medio siglo de colonia mentida de república..."
Eduardo Galeano, Memorias del Fuego 3, El siglo del viento; Ed. Pehuén, primera
reimpresión en Chile, Julio de 2000.
Antes de emitir una sola palabra en contra o a favor de la Revolución cubana, debemos detenernos y escuchar. No hay argumento válido sin información que respalde su postura, como no hay edificio sin cimientos que sostengan su estructura.
Conozcamos entonces y adentrémonos un poco más en los fuertes cimientos que sostienen ya más de 40 años de revolución ininterrumpida.
La fecha de la Revolución Cubana, o llamada también Revolución de los barbudos, está fijada históricamente en el 1º de enero de 1959. Sería entonces este día el que marcaría algo parecido al nivel del mar de nuestra investigación, el primer piso de la construcción. Bajando un poco entonces (en ascensor o si prefiere por las escaleras para tonificar sus piernas), nos encontraremos con toda la compleja estructura subterránea que sostiene tanto al primer piso (1º de enero de 1959) como todo el resto del edificio hacia arriba, es decir, la revolución hasta nuestros días.
Subterráneamente hablando se hace necesario desenterrar abusos pretéritos, fechas pre-revolucionarias, intervencionismos norteamericanos, dictaduras carniceras y falsas democracias; en resumidas cuentas, se hace necesario desenterrar la "colonia mentida de república".
26 de julio de 1953, fecha citada anteriormente, fecha que da nombre al gran moviemiento revolucionario encabezado por Fidel, fecha en la que 120 hombres y 2 mujeres, en el más estricto secreto, llegan a Santiago de Cuba y cometen el frustrado asalto al Cuartel Moncada, la fortaleza militar más importante de la segunda ciudad de Cuba, sin mucho más que un corazón ardiente de impaciencia ante lo cruentos hechos, ante toda un vida de dependencia, ante una historia expropiada a la tierra subyugada por externos, y un insaciado deseo de ser dueños por fin de su propia libertad.
Un asalto frustrado, sí. Pero ¿qué es una carrera sin su primer paso? ¿o un edificio sin su primer ladrillo? Sin lugar a dudas esta, a primera vista, alocada acción casi suicida marcó un quiebre en la historia cubana, y le demostró a los opresores que llegaba el fin de los días en que su mediocre vida parasitaria arrebatara la vida del pueblo cubano.
¿Opresión?
Se estarán preguntando algunos. Aquellos que sólo pasan y miran una fachada sin prestar atención a la historia viva que les quema los pies bajo el suelo.
Sí, opresión, expropiación de una identidad nacional vendida al mejor postor. ¿O qué creen que es lo que motivaría tan arriesgada/desesperada acción que costó la muerte de más de ochenta compañeros?
La respuesta es fácil tomando en cuenta la situación de pseudorepública en la que se encontraba el país luego de la guerra Hispano-Estadounidense*.
Cuba había logrado liberarse del enemigo europeo, pero había caído, sin darse cuenta a tiempo, en manos de otro enemigo quizás aún más peligroso que el anterior: Los Estados Unidos de América.
Pasó la Isla, por más de medio siglo tras la guerra, un periodo de angustiante inestabilidad lleno de corrupción, sucesivos golpes de estado y gobiernos exclusivamente oligarcas.
Luego se esto, a medidos del siglo XX, una sombra se eleva sobre el débil sol de Cuba. Fulgencio Batista, dándose cuenta de su baja popularidad en las encuestas previas a las elecciones, decide efectuar un golpe de estado y se hace con el poder por la fuerza el 11 de marzo del 52.
Ya era suficiente, el pueblo cubano llevaba toda una vida y más de atropellos a sus derechos, de explotación y abusos de poder. Y ahora este tipo se ajustaba a los dedos sin permiso de nadie (y con clara intervención nortemericana) los hilos que controlarían a todo el país.
Durante siete años cosechó sus bienes propios y los de unos pocos a costa del pánico sembrado y la tierra/pueblo pisoteado. Generalizadamente no es demasiado el impacto que causan estas palabras en la población de hoy curada de espanto, sin embago, traducidas a números, todo se vuelve distinto:
- El 30% de la población era analfabeta,
- el 90% de los niños eran devorados por los parásitos,
- el sistema de salud era completamente deficiente,
- y las autoridades completamentes indiferentes al tema.
- Cuba producía materia prima y exportaba productos elaborados con los mismos elementos sacados de su propia tierra.
- El hacinamiento se esparcía como una plaga por el territorio.
- Ante los ojos cerrados del estado cuatrocientas mil familias vivían en esta condición sin siquiera tener cubiertas las más básicas necesidades de salud e higiene.
- Dos millones doscientas mil personas de su población urbana pagaban alquileres que absorbían entre un quinto y un tercio de sus ingresos, al tiempo que
- ochocientas mil de su población rural y suburbana carecían de luz eléctrica.
- La educación impartida era mediocre y de mala calidad.
- A las escuelitas públicas del campo asistían descalzos, semidesnudos y desnutridos, menos de la mitad de los niños en edad escolar y muchas veces
- el maestro era quien tenía que adquirir con su propio sueldo el material necesario.
Las cifras son aberrantes, y por supuesto no terminan aquí. La gran mayoría del suelo cubano estaba en manos de empresas internacionales, y el ingreso que el suelo cubano producía no llegaba ni por casualidad a las manos del pueblo cubano.
Dentro de todo este atropello, dentro de estos siete años de historia autoritaria, a un año de asumido el cargo de titiritero Batista, una luz roja intenta poner un alto el 26 de julio del 53, pero la luz roja aún es débil y es apagada (o más bien escondida) por medio de balas y arrestos.
Frente a tanta injusticia y miseria el en ese entonces joven titulado en leyes, (cabecilla de la luz roja) Fidel Castro, da la siguiente respuesta:
"(...) De tanta miseria sólo es posible liberarse con la muerte; y a eso sí los ayuda el Estado: a morir.(...) La sociedad se conmueve ante la noticia del secuestro o el asesinato de una criatura, pero permanece criminalmente indiferente ante el asesinato en masa que se comete con tantos miles y miles de niños que mueren todos los años por falta de recursos, agonizando entre los estertores del dolor (...). El porvenir de la nación y la solución de sus problemas no pueden seguir dependiendo del interés egoísta de una docena de financieros, de los fríos cálculos sobre ganancias que tracen en sus despachos de aire acondicionado diez o doce magnates. El país no puede seguir de rodillas implorando los milagros de unos cuantos becerros de oro que (...) no hacen milagros de ninguna clase. Los problemas de la República sólo tienen solución si nos dedicamos a luchar por ella con la misma energía, honradez y patriotismo que invirtieron nuestros libertadores en crearla. (...)"
La historia me absolverá, Alegato público pronunciado por Fidel Castro
en el juicio del Moncada, el 16 de octubre de 1953.
Es difícil digerir tal cantidad de datos, es díficil imaginar el vivir en aquellas condiciones infrahumanas.
Lo que no es difícil ya es comprender la motivación que inspiró a estos poco más de 100 jóvenes a rebelarse contra la injusticia y la represión, a sabiendas de las posibles consecuencias de sus actos, como podrían ser el arresto, torturas e incluso la muerte.
Los que no han hecho más que pasar junto al edificio y comentar su número de ventanas o el estilo de su arquitectura con intenciones desprovistas de información o incluso sin intenciones reales, pueden ahora recordar cada palada de la que aquí se ha hablado, cada piedra, viga y ladrillo descrito en esta página, cada pretérito soporte que sostiene dolorosamente el peso de más de cuarenta años de revolución.
Pueden ahora ustedes contemplar los cimientos guardados en su memoria, contemplar lo que se asoma sobre el nivel del mar; contemplar incluso la ciudad que lo rodea y en la que está inmerso, y ya teniedo la visión subterránea, la visión ascendente y ambiental/contextual/actual de la contrucción, formular su propia opinión acerca de este increíble edificio que, pese a todo lo que puda decirse, viene a ser la Revolución Cubana.
(Detengámonos a escuchar, a la tierra aún le queda mucho por decir.)
* Guerra Hispano-Estadpunidense: Conflicto bélico, 1898. Guerra entre cubanos y españoles por la independencia de la Isla en la que se entrometen, aparentemente sin segundas intenciones, los norteamericanos. (lo curioso es que posteriormente el tratado de supuesta libertad cubana es firmado y acordado en parís entre españoles y norteamericanos, Cuba adquiere su "libertad" bajo condiciones más parecidas a las de un país derrotado que a las de uno recientemente emancipado.)
Tamara Lillo Muñoz, 4º medio B.
*Bibliografía:
- Galeano, Eduardo; Memorias del fuego 3, El siglo del viento; Ed. Pehuén, primera reimpresión en Chile, Julio de 2000.
- Jiménez, P., Salgado, D., y Soto, F.; Historia Universal, educación media; Ed. Santillana, Santiago de Chile.
3 comentarios:
Ohhh!! pero qué espectacular y maestrísimo artículo..!!! =O
quién habrá sido la genial mente que lo escribió? =O 8-)
(lol!!) :p
Coincido con el "comentador" anterior...excelente trabajo: un estilo ecléctico, mezcla casi perfecta de sarcasmo, realismo, ironía, esperanza, objetividad.
Simplemente un 7.0
Y si te cuento que sin querer di en esta pagina?
y bueno, al igual que la profe.. y el primer comentador.... creo que es excelente como plasmas a traves de palabras un pedacito de la historia.... y justo, justo esa, que cala hasta el hueso....
mil besos y un enorme abrazo del OsO ....
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